¿Pero te gusto o no te gusto?
La semana pasada hicimos una introducción al tema de las caricias, utilizando como ejemplo el uso de “Me gusta” en redes sociales.
Quedan pendientes algunas facetas interesantes de las caricias, así como ampliar otras que mencionamos solo de pasada.
Adaptando tu conducta a las caricias que recibes
Lo cierto es que las caricias refuerzan nuestras conductas: amoldamos nuestro comportamiento para recibir más caricias. Esto puede ser una trampa en varios sentidos:
- No ser capaz de tener un comportamiento autónomo. Ser un Adulto autónomo es la meta de todo el desarrollo personal. Depender de las caricias puede llevarnos a una conducta del Niño adaptado.
- Preferir la caricia ajena a la propia. Sobre todo es peligroso olvidar el propio juicio, la propia intuición, la personal manera de ver las cosas, para superponer la opinión ajena.
- Buscar caricias negativas para justificar nuestro guion. Muchos comportamientos aparentemente autodestructivos buscan justificar unas decisiones inconscientes y desde el pensamiento mágico del niño, cuando por primera vez construimos nuestro guion de vida.
Caricias que no son tales
A veces recibimos un reconocimiento aparentemente positivo pero que encierra una trampa, y se convierte en negativo o no útil. Hay caricias falsas y caricias de plástico. Veamos en qué consisten:
Caricias falsas
Comienzan con un mensaje positivo y terminan con una picadura:
“¡Qué camisa más bonita! ¿La has comprado en el mercadillo?”
Caricias de plástico
Según Berne, es como dar un caramelo a un niño para luego quitárselo. Son personas que reparten caricias positivas no sinceras, muy exageradas, como una gran sonrisa, un fuerte abrazo y luego un:
“¡La sala se ha iluminado cuando has entrado! Es que todo lo que haces es perfecto, ¡es maravilloso! ¡Es ideal! ¡Es lo máximo!”
Caricias que ya no nos dicen nada
Ya mencionábamos en el anterior post que la calidad e intensidad de las caricias es variable. Podemos estar acostumbrados a recibir una serie de reconocimientos, y estos ya no nos dicen nada. Podemos además desear recibir otro tipo de caricias, pero no atrevernos a manifestarlo. Podemos incluso negarnos a nosotros mismos/as que deseamos un cierto tipo de caricias.
El banco de caricias
Las unidades mínimas de reconocimiento las vamos atesorando en un banco de caricias. Este banco puede mantenerse con “depósitos antiguos”, esto es, con recuerdos de caricias, y con auto caricias, pero no durante mucho tiempo. A la larga, los depósitos antiguos ya no nos dicen nada, y las auto caricias no son suficientes: necesitamos reponer provisiones en el entorno social. Por eso a veces, tras un aislamiento más o menos elegido, volvemos a la sociedad, al grupo. Necesitamos caricias tanto positivas como negativas, ambos tipos son una forma de aprendizaje.
Caricias negativas vs. descuentos
En el anterior post también apuntábamos la posibilidad de que una persona filtre las caricias que recibe porque no coinciden con lo que esperaba. Esto se llama hacer “descuentos”. Hay un matiz que diferencia los descuentos de las caricias negativas: el descuento conlleva una distorsión de la realidad. Veamos algunos ejemplos:
Caricia negativa: Has escrito mal esa palabra.
Descuento: No sabes escribir.
Caricia negativa: Me siento insegura cuando dices eso.
Descuento: Me haces sentir insegura diciendo eso.
Caricia negativa: No te soporto.
Descuento: Eres insoportable.
Como vemos, no podemos hacer nada con la información que recibimos de los descuentos, pero sí con la que nos dan las caricias negativas.
El peor descuento es el que nos hacemos a nosotros mismos/as:
Te dicen: “Has estado muy bien en tu presentación, ¡enhorabuena!”
Respondes: “Qué va, sólo he dicho chorradas”
En los siguientes posts veremos por qué “nos descontamos” las caricias de los demás.
Commentarios
3 respuestas a «Sobrevivir en sociedad: más caricias»
[…] “descontando” o filtrando la información recibida. También hicimos una distinción entre una caricia negativa y un descuento: la caricia negativa es objetiva y constructiva, puedo hacer algo con la información que se me […]
[…] (imagen defectuosa, voz enlatada…). Además, se pierde parte de la comunicación informal y las “caricias” que se reciben. Para paliar esta desventaja, se puede establecer días de reuniones […]
[…] sustituir la vida, no puede reemplazar las relaciones personales, aunque ofrezca sucedáneos de caricias o presente realidades tan creíbles como las que se disfrutan con la realidad virtual. ¿O sí? […]