Una vieja maldición china dice:

Que vivas en tiempos interesantes (May you live in interesting times).

Maldición china

Igual pensabas, como yo, que no nos iba a tocar, pero ya ves…

Hace unos días tuve la suerte de ver la película Lucky Star en un centro cultural. Es una joya de 1929, una obra maestra. En el centro cultural la presentaron: “Esta película es muda y el primer minuto es en silencio”. Bajón. Lo primero que pensé es: “Vaya fósil nos vamos a tragar”. Y esta idea se mantuvo cuando apareció el primer plano, una casa en el campo al lado de un camino. Se veía como difuso, casi parecía un cuadro poco luminoso en escala de grises.

Comienzo de la película Lucky Star. Captura de pantalla.

Al tiempo que surgió esta difusa imagen, comenzó una música por momentos un tanto molesta. Pensé: “Así, 90 minutos. ¿Aguantaremos?”.

Y pronto cambió totalmente mi percepción. Los actores se comportaban de una forma natural, no de la forma teatralizada del primer cine mudo: no hacían gestos exagerados ni se movían por espasmos. Varias veces me acordé de Florence Lawrence, la actriz inventora del intermitente. Supongo que ese sería el aspecto de las películas que hacía The biograph girl.

La historia era sencilla pero con fuerza, una historia que se comprende sin necesitar diálogos. En su lugar, aparecían de vez en cuando los intertítulos en inglés que se han recuperado, y es que esta película estuvo desaparecida durante años, y se pudo recuperar después. Además de su sencillez aparente, la película muestra un juego de planos muy moderno, dinámico, acompañados siempre por la música.

La historia es preciosa, es una historia de amor tierna, en la que el amor va creciendo con pequeños gestos románticos, partiendo de una situación hoy impensable. Esta historia es idea de Tristam Tupper, que ya había publicado partes de la vida del personaje principal, Tim Osborne. El guion es de Sonya Levien.

La vida en guerra

La época en la que se sitúa Lucky Star es la Primera Guerra Mundial, concretamente en 1917 (hace más de un siglo…); desde luego, en “tiempos interesantes”. Una época de carencias que en la película no se perciben como tales: simplemente, la vida era así. Una viuda con cinco hijos vive de vender y repartir lo que produce en su pequeña granja familiar. Un hombre vuelve de la guerra y pasa la vida arreglando objetos antiguos en su casa, alejada del pueblo, donde no hay, claro, ni tele, ni radio, ni ningún elemento que le distraiga o le conecte con “los sucesos de actualidad”. Destacaré una frase que dijo (a través de un intertítulo) este hombre, Tim Osborne, porque me llegó al alma:

Yo no había tenido en cuenta los objetos rotos hasta que yo mismo estuve roto (smashed up).

Tim Osborne

Me sorprendió la calidad de las escenas de guerra, escenas creíbles, modernas, que transcurren durante la noche: una noche mucho mejor lograda que la de bastantes películas de los años 60-70 en las que las escenas nocturnas estaban rodadas a la luz del día y luego filtradas.

Por cierto, cada vez que recuerdo el título de esta película, la banda sonora que me viene a la cabeza es la canción “You Are My Lucky Star”, de Gene Kelly y Debbie Reynolds, en otra joya del cine, Cantando bajo la lluvia:

Pero volvamos a la película de 1929.

Mary, la pequeña y desaliñada Mary

Mary es la protagonista femenina, la hija mayor de esa viuda de cinco hijos. Su vida es muy dura: se levanta, ordeña la vaca, recoge los huevos de las gallinas, cuida a sus hermanos pequeños, vende estos productos llevándolos con su carromato… Lleva ropa raída y desaliñada, está sucia, es pícara, engaña.

Su madre es rígida y antipática, centrada en las ventajas económicas que pueda obtener. Su papel se justifica: “Lo hago por tu bien”. Esa madre viuda con aspecto de Doña Rogelia debía de tener mi edad, si no era más joven…

Igual que el resto de personajes, Mary vive su vida como la única realidad que existe, simplemente actúa, hace lo que tiene que hacer y, si puede rapiñar algo más, mejor.

Es muy interesante la transformación que cada personaje provoca en el otro. Mary se transforma y crece.

Wenn, el burlador

Y luego está Martin Wenn, un donjuan en toda ocasión: antes de la guerra, durante la guerra y después de la guerra. Sabe que, pidiendo matrimonio a las mujeres, las va a “burlar”. En el pueblo, todos saben como es Wenn (“He’s not good”), saben que engaña a las mujeres y sus madres, es otro personaje que saca la ventaja que puede de las situaciones que se le plantean.


Creo que esta película me sirvió para atisbar cómo se vive en tiempos muy duros, en “tiempos interesantes”, cómo se sale adelante y cómo lo más humano, lo más compasivo, se abre paso en medio de la dureza.

Tienes esta película en FilmAffinity y en YouTube, aquí. Sé que no es lo mismo que verla en la gran pantalla, pero te aseguro que no te dejará indiferente:

Como siempre, te agradezco mucho que te tomes el tiempo tanto para leer el artículo como para compartir tus pensamientos en comentarios. Si ves la película, ya contarás qué te parece.