Los posts de este blog procuran ser atemporales, pero de vez en cuando la actualidad te pide mucha atención. Me es imposible no tener en mente el coronavirus. La OMS ha elevado el riesgo a “muy alto” y los nuevos casos están cada vez más cerca de nosotros/as. ¿Cómo nos tomamos esto?
Pienso que lo fundamental es seguir los consejos de las autoridades y personal sanitario, por supuesto, son los conocedores más cercanos del tema.
Por otro lado, observo que se tiende a adoptar uno de los siguientes puntos de vista:
La desinformación y los fenómenos de masas
Mi forma de verlo hasta hace poco estaba alineada con una historia de histeria colectiva que cuenta Paul Watzlawick (uno de los habituales de este blog) en ¿Es real la realidad?, hablando de la desinformación.
En los años 50, en Seattle, se empezó a observar que los parabrisas de los coches estaban llenos de minúsculas hendiduras con forma de cráter. El asunto llegó hasta el presidente Eisenhower, que envió un grupo de expertos para aclarar el misterio. Entre los habitantes de la ciudad se habían creado dos posibles explicaciones:
- Las explosiones atómicas rusas habían contaminado la atmósfera y la lluvia radiactiva dañaba los cristales de los parabrisas.
- Los largos tramos de autopistas asfaltadas habían generado numerosas partículas ácidas que afectaban a los cristales.
La explicación resultó ser mucho más aburrida que las teorías que habían creado los lugareños: todos los parabrisas tienen (o tenían en esa época) esos minúsculos cráteres, que son causados por el desgaste normal. Con una explicación tan poco llamativa, es fácil que se perpetúe el estado de desinformación, apoyado por los medios de comunicación (y hoy en día, por las redes sociales).
En realidad, lo que había aumentado de forma exponencial no eran los parabrisas dañados, sino el número de personas observando su parabrisas desde un ángulo distinto: desde fuera. Un cambio de percepción permite ver aspectos de la realidad que no habíamos tenido en cuenta.
Cuando ves cortar las barbas del vecino
Sin embargo, como bien sabéis, en este blog tenemos veneración por lo que pueda decir Nassim Nicholas Taleb, pues es un gran experto en estadística y desmonta de forma brillante cualquier falacia que se base en una mala interpretación de los datos.
He comprobado lo que dice Taleb sobre el coronavirus. Y lo que he encontrado no me ha dejado indiferente. Este es su tuit:
Cómo reaccionar a una pandemia
Lo que cuenta este experto en un estudio realizado entre varios académicos, es que:
Fundamentalmente, los eventos de contagio viral dependen de la interacción de los agentes en el espacio físico y, con la incertidumbre prospectiva que necesariamente conllevan los nuevos brotes, reducir la conectividad temporalmente para disminuir los flujos de individuos potencialmente contagiosos es el único enfoque robusto contra las estimaciones erróneas en las propiedades de un virus u otro patógeno.
Su informe nos dice que:
- Se subestima el ratio de reproducción del virus.
- Se subestima la tasa de mortalidad.
- La mejora de los transportes hace mucho más fácil que los virus se extiendan.
- La existencia de portadores asintomáticos hace que medidas como tomar la temperatura sean insuficientes.
- Si se asume que no puede hacerse nada, no se tomarán las medidas extraordinarias necesarias.
Por todo lo anterior, concluye que:
Un enfoque a escala individual, como el aislamiento, el seguimiento de contactos y el monitoreo, se ve rápidamente (computacionalmente) aplastado ante la infección en masa y, por lo tanto, no se puede confiar en él para detener una pandemia. Son esenciales los enfoques multi-escala, incluyendo cortar de forma drástica las redes de contacto usando fronteras colectivas y cambios en el comportamiento social.
Entonces, ¿qué posición tomamos?
Ambos puntos de vista son igualmente interesantes porque nos aportan perspectivas que podemos tener en cuenta.
Por un lado, la paranoia nunca es conveniente, pues lleva a soluciones ineficaces, como agotar las mascarillas en las farmacias, desinfectar productos que proceden de China, evitar negocios y personas chinas o acudir en masa a urgencias de los hospitales.
Por otro lado, parece que las medidas han de ser rigurosas para evitar una expansión como la que realmente se está dando. Es probable que sea mucho más barato tomar las medidas que propone Taleb ahora que continuar observando cómo se cancelan eventos, baja la bolsa o se recortan las previsiones de crecimiento del PIB.
Ver un fenómeno como este desde puntos de vista diferentes aporta una visión equilibrada de la realidad, menos apasionada, por tanto más imparcial, que permite comprender posiciones opuestas.
Y en todo caso, de nuevo, hagamos caso a los expertos sanitarios que están en primera línea en este asunto.
Commentarios
Una respuesta a «Puntos de vista sobre una realidad»
[…] a hablar más del coronavirus. ¿Por qué? Porque ha condicionado mi vida, como la vuestra, y me propongo […]