Cuando tu enemigo eres tú

Siguiendo con la idea de que albergamos dentro a un verdugo capaz de tratarnos como el peor Torquemada, este artículo trata de aquell@s que encuentran fuera de sí mismos/as la confirmación de un pensamiento interno bastante destructivo:

Yo no soy capaz.

Timothy Galwey, entrenador deportivo y antecesor del coaching, descubrió que es más importante vencer al contrincante interno que al externo. El contrincante interno es el depredador natural de la psique, y vamos a tomar para su descripción al depredador que describe Clarissa Pinkola Estés en relación al cuento de Barba Azul.

Recordemos el cuento:

Barba Azul se casa con la menor de cuatro hermanas, una jovencita que se siente atraída por esa extraña barba azul, que al mismo tiempo le da cierto reparo. La condición única para la recién casada es que jamás utilice una de las llaves de la casa, que corresponde a una habitación siempre cerrada. Pero ella, movida por la curiosidad, consigue encontrar esa habitación, y descubre con horror que contiene los cadáveres de las anteriores esposas de Barba Azul.

La imagen muestra un hombre con barba en tonos azuladosEs interesante destacar la fuerza del depredador natural en nuestra mente, dado que es innato, es inherente a todos los seres humanos desde que nacemos. Tanto fuera de nosotros/as (en forma de personas críticas y reprobadoras) como dentro, existe una fuerza negativa que se contrapone a nuestro yo, al deseo de alcanzar metas, de llegar lejos, de crecer como personas. Para frenar al contrincante interno es necesario conservar las facultades instintivas: perspicacia, intuición, resistencia, percepción, etc.

Lo primero es reconocer la figura de este saboteador de nuestros proyectos. Es común saber identificarla fuera de nosotros/as en personas que nos limitan, nos imponen restricciones, nos recuerdan de continuo nuestros puntos débiles. Lo importante es tomar consciencia de que, si hemos asumido a estas personas como jueces o autoridades sobre nuestra persona, es que algo dentro de nuestra mente, el depredador, se alinea con esas voces y les da la razón, echando por tierra nuestro poder.

¿Qué es lo que nos convierte en vulnerables a esta figura negativa?

Según Clarissa Pinkola Estés, son elementos clave la falta de consciencia junto con cierto hábito adquirido de no ver aquello que nos es perjudicial. Si en nuestro aprendizaje de niños/as se nos enseñó a no estar alerta ante figuras que nos saboteaban, e incluso se nos enseñó a respetarlas y a verlas «bonitas», es muy posible que de adultos desarrollemos una indefensión ante la vida. Es una pauta destructiva, puesto que buscamos fuera estar en consonancia con personas, creencias e ideologías que están de acuerdo con nuestro contrincante interno.

¿Cómo mantenemos al depredador a raya?

Siguiendo a Pinkola Estés:

Formular la pregunta adecuada constituye la acción central de la transformación. (…) La pregunta clave da lugar a la germinación de la consciencia. La pregunta debidamente formulada siempre emana de una curiosidad esencial acerca de lo que hay detrás. Las preguntas son las llaves que permiten abrir las puertas secretas de la psique.

Esta pregunta, en el cuento de Barba Azul, hace referencia a la habitación a la que la nueva esposa del depredador tiene prohibida la entrada. «¿Dónde crees que está la puerta y qué crees que habrá detrás de ella?». De la misma forma, necesitamos preguntarnos por la puerta que está encerrando la evidencia del autosabotaje, de la indefensión, de la incapacidad psicológica, del miedo. Otras preguntas en esta misma línea son:

  • «¿Qué hay detrás? ¿Qué es lo que no parece?»
  • «¿Qué sé en lo más hondo de mí y no quiero saber?»
  • «¿Qué parte de mí ha sido “asesinada” o yace moribunda?»

Responder a estas preguntas puede ser doloroso. Supone el acceso a aquello que ha sido descartado, reprimido o eliminado de la propia vida por el saboteador. Supone tomar consciencia de lo perdido, de las oportunidades dejadas atrás, y tal vez de estar viviendo un presente acorde con los instintos del depredador. Sin embargo, si no nos enfrentamos a nuestro contrincante interno (y al externo), es seguro que no alcanzaremos nuestros objetivos, abandonaremos ante el primer obstáculo, nos convenceremos de lo que creemos que es una limitación.

Se puede destruir al depredador replicando sus afirmaciones, que siempre serán distorsiones:

DEPREDADOR: «Nunca terminas lo que empiezas»

YO POSITIVO: «Eso es falso. A veces lo termino, y a veces no»


DEPREDADOR: «No tienes talento, no tienes tiempo, no vales para nada, no sabes cómo se hace…»

YO POSITIVO: «Encontremos la manera. Tengo mucha fuerza interior, yo puedo con ello. ¿Por qué no?»

Por tanto, no busques a quien confirme tus debilidades, a quien te haga ser menos, a quien limite tu capacidad infinita. Empieza a buscar el amor con tu parte positiva, con tu parte creativa y consciente. En otro sitio no podrás hallar amor, sino dependencia, y muy insana.


¿Qué preguntas o reflexiones te surgieron mientras leías este post?

Como siempre, te agradezco mucho que te tomes el tiempo tanto para leer el artículo como para compartir tus pensamientos en comentarios.

Este artículo es un extracto del originalmente publicado en el Boletín de la Asociación Española de Tai Chi Xin Yi en marzo de 2010.


Commentarios

Una respuesta a «Cuando tu enemigo eres tú»

  1. […] abiertamente, sobre todo aquello que no nos cuadra, es que puede llevarnos a dar por bueno algo que potencialmente puede ser un peligro. Voy a rescatar esta parte del post sobre Barba […]