Puedes elegir dejar de jugar al juego que justifica tu rol victimista, salvador, o perseguidor.
En el anterior post describimos la forma en la que los tres roles no adultos se relacionan en un juego dramático que nunca termina bien, que hace sentir mal a los que lo juegan. Pues bien:
“Dos no juegan si uno no quiere”
Es lo que dice el refrán, y desde luego es el “truco” para salir del triángulo dramático de Karpman, y comenzar a vivir otra forma de relación, consciente y desde el adulto: solo depende de ti continuar en una relación de juego con los demás, o dejar de jugar y comunicarte desde otra posición.
Salir de un rol no adulto
Como vimos, cada rol individualmente puede decidir dejar de actuar según el guion que se había marcado y responder realmente al aquí y ahora que está viviendo, moviéndose desde el rol que desempeñaba a una posición de adulto:
- El victimista puede: actuar por sí mismo/a, encontrar su fortaleza interna y su poder, responsabilizarse y amarse a sí mismo/a.
- El salvador puede: conectar con sus necesidades y sentimientos, permitir a los demás hacerse cargo de sí mismos, conectar con su enfado y sacarlo y divertirse más.
- El perseguidor puede: gestionar su ira y ser más asertivo, permitir que cada uno piense y actúe como quiera, trabajar su lado más vulnerable y liberarlo.
Entrar en el estado adulto
Sea cual sea tu rol predominante, dar “un paso hacia afuera” del triángulo dramático te acerca a una forma de relación de verdadera intimidad, en un “triángulo del amor”.
Esta forma de relación es totalmente ajena a los mecanismos automatizados que utilizabas. En ella, las relaciones no te dejan una sensación de pérdida y malestar, y tú eres una persona más auténtica, más parecida a quien eres internamente, detrás de la máscara. Así, te relacionas con los demás sin perder tu individualidad y sin invadir el espacio del otro.
Digamos que los tres aspectos negativos que hemos analizado en los últimos posts y que todos tenemos en alguna medida, tienen su lado positivo y de energía:
- Frente al perseguidor, un lado más racional y movido por la búsqueda de eficiencia.
- Frente al salvador, un lado más emocional, intuitivo y cariñoso.
- Frente al victimista, un lado más niño, movido por la curiosidad, la imaginación y el juego sano.
La idea es reconocer desde dónde estás actuando y salir del automatismo, volver a conectar con lo que tienes delante y abandonar el campo de batalla. Se trata de dejar de actuar desde el miedo, la obligación o la culpa.
Entrenamiento en el triángulo del amor
Puedes entrenarte a vivir fuera del triángulo dramático de varias formas:
1) Relacionándote con otras personas
Cuando eres más consciente y te comunicas de una forma más conectada con tu interior, puede que otra persona en un rol del triángulo dramático te invite a salir de tu equilibrio: ¡bienvenida sea! Esta persona te está dando una oportunidad de crecimiento, al permitirte darte cuenta de que has caído en una conducta antigua, y al reforzar tu nueva forma de ver el mundo. Por ello, en cualquier interacción con los demás, puedes elegir entre el automatismo anterior y una experiencia nueva, probar tu adulto. Es como un entrenamiento, como una gimnasia. Puede que tú ya te relaciones desde una posición más adulta, y que la respuesta del otro siga enganchada al juego anterior: no es asunto tuyo. Un ejemplo:
– Gracias por fregar los platos.
– Pues me he cortado con el cuchillo y me sigue sangrando la herida (respuesta Victimista).
2) Leyendo novelas y viendo la tele
Este entrenamiento puede lograrse no solo con las relaciones con otras personas, también al leer novelas y ver la televisión: continuamente te invitarán a entrar en el juego dramático, a identificarte con los Perseguidores, los Salvadores o los Victimistas del mundo. A veces, entras en el triángulo de una forma tan simple como unirte a una queja de “cómo está el mundo”.
3) Con técnicas de relajación
Otra forma de entrenamiento es cualquier forma de relajación. Si estás relajado, si estás conectado con tu respiración, con el momento presente, es más difícil que entres en juegos que están fuera del aquí y ahora.
Recuerda: todo esto se trata de ti. En el momento que decides que los demás están equivocados y son los demás los que deberían salir del triángulo dramático, estás provocando un nuevo juego dramático.
Fuentes:
EDWARDS, G. El triángulo dramático de Karpman. Editorial Gaia
STEWART, I., JOINES, V. AT Hoy. Una nueva introducción al Análisis Transaccional. Editorial CCS
BERNE, E. ¿Qué dice usted después de decir hola? Editorial Mondadori
Commentarios
7 respuestas a «El triángulo del amor»
[…] En este post analizamos las redes sociales desde el punto de vista del Análisis Transaccional, el campo que venimos trabajando en artículos como los de proceso de guion o los del triángulo dramático de Karpman. […]
[…] Niño, al perseguidor como el Padre Normativo y al salvador como el Padre Nutricio. Solo en el triángulo del amor podemos entrar en el estado […]
[…] El triángulo del amor […]
Belén, me pareció muy interesante los dos artículos y los he estado poniendo en práctica, pero surgió un punto importante que no supe como manejarlo y te lo quiero compartir para que me puedas dar guía:
En mi relación, el perseguidor y muchas veces el salvador es mi novia, mujer de 47 años movida por la emoción y por la intuición y poco racional. Muy pocas veces deja ver su vulnerabilidad.
Yo el victima y a veces el salvador, hombre de 48, muy racional y también emocional, poco intuitivo. Por el contrario yo si muestro mi vulnerabilidad
Con estar caracteristicas de personalidad de ambos, ¿que me recomiendas hacer para salir del triangulo sin que ella se sienta ofendida o no tomada en cuenta?
Hola Zefe, muchas gracias por tu comentario. Aunque conozco muy bien esta dinámica, es solo en la teoría. Te recomiendo que acudas a personas más especializadas para que te den una buena respuesta. Una buena fuente a la que acudir es http://www.insconsfa.com, allí podrás encontrar mucha información y también preguntar en el foro; ellos sí están especializados.
Espero que vaya muy bien, un saludo cordial.
Belén
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