Ahora está de moda que los dispositivos te digan cómo estás: miden tus pasos, miden tus pulsaciones, te dicen que tienes que parar o que moverte… Incluso hay una serie de dispositivos ponibles (wearables) que se incorporan a nuestro cuerpo en forma de prendas, relojes, gafas, brazaletes, marcapasos…

De alguna manera miden lo que no se ve y nos lo comunican, a nosotr@s o al médico.

Imagen de un reloj inteligente en la muñeca de una persona: la tecnología ponible o wearable

Pero, ¿y si los wearables indicaran a los demás nuestras necesidades?

Viajando en metro (muchas cosas se me ocurren viajando en metro) se me ha ocurrido que debería existir una forma “justa” de determinar quién tiene más necesidad de sentarse en los asientos libres. He observado que, al margen de discapacidades o necesidades evidentes (embarazadas, personas muy mayores), los que se sientan son gente rápida y avezada que se lanza al asiento, con lo que podrían ser justo los que menos lo necesitan.

Me gustaría que existieran prendas ponibles que indicasen por ejemplo mediante una escala de colores quién necesita realmente sentarse en el metro, tren o bus y quién puede permanecer de pie.

El algoritmo podría tener en cuenta distintos factores.

Factores de tipo “logístico”

  • El número de paradas que le quedan a la persona.
  • Las horas que lleva esa persona de pie (por ejemplo, porque trabaja de pie o de noche).
  • Los minutos/horas que lleva una persona en los transportes hasta su destino.
  • El tipo de actividad que le espera o de la que procede.

Factores de tipo médico

  • El dolor que pueda estar sintiendo una persona.
  • La incontinencia.
  • La falta de equilibrio.
  • La tensión muy baja.
  • El cansancio extremo por dolencias como fatiga crónica, esclerosis múltiple o hipotiroidismo.

Y no digamos si se combinan factores de tipo logístico con factores de tipo médico.

Todos estos factores son invisibles, no se aprecian, la persona “los sufre en silencio” mientras observa cómo alguien joven, aparentemente sano, se da mucha prisa en sentarse en el asiento al que se dirigía torpemente.

Ingenier@s, esto es un llamamiento, hay que fabricar este dispositivo.

Pero…

Sí, es cierto, ¿cómo se miden el dolor, el cansancio?

Resulta que los médicos reconocen que el dolor o el cansancio son experiencias subjetivas, que es el individuo el que marca las intensidades y que, ante el mismo dolor, hay umbrales distintos, por lo que cada persona puede estar experimentando un grado muy distinto de incomodidad. ¿Podría un dispositivo detectar o deducir estos condicionantes?

Por otro lado, el dispositivo podría llevar incorporada toda esa información “de categoría especial” que no queremos que nadie sepa. A ver, que nadie quiere llevar un cartel que diga “soy un enfermo”; quien ya no lo puede ocultar no se siente bien con las miradas compasivas de los demás.

Por último, el dispositivo podría llevar cargada la información del viaje que va a realizar la persona según los billetes que ha adquirido, o bien el histórico de su ubicación en Google o información similar.


Mientras no se invente el dispositivo ponible que indique a los demás quién necesita más sentarse en un transporte, por favor, joven, san@ y sobradamente preparad@, mira a tu alrededor antes de correr a sentarte para seguir consultando tu móvil. Puede haber personas que lo necesiten mucho más que tú. Mucho más. Gracias.


Commentarios

Una respuesta a «Lo que no se ve»

  1. […] difícil, pero que pueden ser perfectamente productivas trabajando desde su casa. Esas personas con factores médicos no visibles de las que hablábamos en otro […]