En este post analizamos las redes sociales desde el punto de vista del Análisis Transaccional, el campo que venimos trabajando en artículos como los de proceso de guion o los del triángulo dramático de Karpman.
Eric Berne definió el concepto de “caricia” como unidad mínima de reconocimiento que responde a nuestra hambre de estímulos. Necesitamos caricias, y si no las obtenemos, sentimos su carencia.
La palabra caricia proviene del tipo de reconocimiento que obtenemos en la etapa infantil, que es normalmente físico y no verbal: besos y abrazos. Pero también una sonrisa o un saludo con la mano son caricias, y también lo son las palabras que intercambiamos.
Trasladado a las redes sociales, una caricia es un “Me gusta”.
La ausencia de caricias puede llevar a tener dificultades de crecimiento y emocionales, se han realizado varios estudios en hogares infantiles sobre esto.
Así que todos los seres humanos preferimos tener caricias negativas a no tener ninguna: cuando somos niños, preferimos que los padres se enfaden con nosotros a que nos ignoren del todo.
Tipos de caricias
Hay varios tipos de caricias: verbales y no verbales, como hemos mencionado antes, y condicionales frente a incondicionales.
Las caricias condicionales son las que muestran reconocimiento positivo o negativo por lo que hacemos:
“No me gusta el cuadro que has pintado”
Las caricias incondicionales son las que reconocen lo que somos, sea de forma positiva o negativa:
“Me gusta tenerte a mi lado”
¿Qué tipo de caricias son las que damos y recibimos en las redes sociales? Los emoticonos son imitación de caricias no verbales (gestos), mientras que los comentarios serían las caricias verbales. De nuevo, cualquiera de nosotros prefiere recibir comentarios negativos o “No me gusta” a que nadie muestre haber visto o leído lo que publicamos.
La economía de las caricias
Claude Steiner hizo una aportación bastante interesante a la teoría sobre las caricias, y es que, por diferentes razones, vivimos una escasez de caricias basada en las creencias que nos transmiten de pequeños:
- No des caricias cuando tengas para dar.
- No pidas caricias cuando las necesites.
- No aceptes caricias si las quieres.
- No rechaces caricias cuando no las quieras.
- No te des caricias a ti mism@.
Observa la lista: ¿cuántas veces te guardas un elogio? ¿Por qué piensas que una caricia que has pedido vale menos que una que te dan sin pedirla?
Si seguimos las creencias de este listado, viviremos en la escasez cuando existe en realidad una abundancia de caricias.
Puedes darle la vuelta al listado y aplicarlo a las redes sociales:
La economía de caricias en las redes sociales
- Da “Me gusta” si algo te gusta, los “Me gusta”, “Me encanta”, etc. son gratis.
- Si quieres que tus amigos visiten tu blog, díselo, no dejes el enlace ralo esperando a que todos entiendan qué es lo que esperabas.
- Si buscas reconocimiento, acéptalo cuando llegue.
- Si no quieres caricias en la red, no publiques…
- Autocaricias: uno mism@ siempre puede darse caprichos y placeres sin tener que estar esperando el reconocimiento de los demás. Eso sí: esto no puede ocurrir online. Deja el dispositivo a un lado, y date un baño, o cómprate un bollo, o empieza con ese libro que querías leer.
Filtro de caricias
A veces, recibimos una caricia, incluso positiva, que no coincide con lo esperado. Entonces la filtramos, “descontándola”, es decir, no recibiéndola.
Por ejemplo, si lo que esperas en una publicación en Facebook es que tus amigos la comenten, no le darás tanto valor a los “Me gusta”.
O si en Twitter lo que esperas es que retuiteen una noticia que has publicado, tampoco le darás demasiado valor a los comentarios.
La riqueza está en dar valor a cada caricia recibida, ampliando el abanico de opciones que esperamos.
Hablaremos más adelante de los descuentos.
¿En cuánto valoras los “Me gusta”?
Probablemente hay caricias de mucha más calidad que recibir un “Me gusta” en las redes sociales.
Lo cierto es que damos más valor a unas caricias que a otras, según de quién vengan y cuál sea su contenido. La intensidad de las caricias es por tanto variable, tanto en su espectro positivo como en el negativo.
Para reflexionar
- Piensa en caricias de más calidad que las que puedas recibir en las redes sociales.
- Busca esas caricias, pídelas o proporciónatelas tú: esas siempre están disponibles.
Commentarios
11 respuestas a «“Me gusta”, caricia estándar en las redes»
[…] La semana pasada hicimos una introducción al tema de las caricias, utilizando como ejemplo el uso de “Me gusta” en redes sociales. […]
[…] los últimos posts hemos hablado de caricias y de cómo a veces nos negamos a recibirlas, “descontando” o filtrando la información […]
[…] ya no me aportaba el placer que obtenía de esta red […]
[…] Los deseos de ahora son tan inmensos o más que los de los años sesenta, con una diferencia: que ahora parecen cubrirse con cosas líquidas, o incluso con cosas “gaseosas” (por diluir un poco más las cosas), cosas que ni siquiera son tangibles, como los “me gusta” de las redes sociales. […]
[…] ¿Suena demasiado íntimo? Es probable: lo es. Es íntimo frente a lo virtual, basado en caricias que están tan alejadas del cuerpo que prácticamente no dan […]
[…] más nos guste. Yo menciono varias en el Manual de comunicación que escribí: la percepción, el análisis transaccional, la PNL, los estilos sociales, la asertividad, la empatía, la escucha activa y el […]
[…] no hacernos presentes ni permitir que la persona se haga presente. Más bien es un trámite, una caricia de bajo nivel para saltar a continuación a dar al Play de nuestro disco-rollo que llevamos […]
[…] de caricias y descuentos ya hemos hablado anteriormente, podemos recordar ahora que la caricia es la unidad […]
[…] por la vida ajeno al ajetreo, a la distracción constante, a la búsqueda de notificaciones y «me gusta», si bien no es incompatible con vivir en el mundo actual: como veis, el propio JR es youtuber y […]
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